Una de las ventajas que nos ofrece las vacaciones, es la de disponer de tiempo para leer y para pensar sosegadamente. Supongo que a estas alturas os preguntaréis:  Vale, ¿ pero que tiene que ver las gestión ágil con el plan estratégico?.  Pues desde mi punto de vista mucho. Dejar que me explique. En primer lugar, quisiera aclarar cual es diferencia de la gestión ágil con respecto a la gestión clásica de proyectos. La clave reside en la incertidumbre. Por ejemplo construir un hospital en mi pueblo (me refiero puramente al edificio), es un proyecto con baja incertidumbre, ya que se conocen bien las tareas a realizar, la duración de las tareas, los costes en los que se va a incurrir y los riesgos. Por lo tanto se pueden planificar las tareas de principio a fin, su secuencia, estimar los tiempos, definir el planning, el alcance, la calidad requerida, etc. Este plan una vez lanzado, será rígido y se espera que se ejecute según lo planificado, en términos de costes, alcance, plazos y calidad. Sin embargo, construir un hospital en un país en conflicto, no tiene nada que ver. No hay forma de saber que podría pasar el mes que viene y menos aun dentro de un año. La incertidumbre es mucho mayor. Para los casos en los que la incertidumbre es grande, la gestión ágil de proyectos puede ser una solución. Se basa en definir cual es el objetivo a conseguir, definir las primeras tareas a ejecutar, ejecutarlas y comprobar de nuevo la situación.  A la luz de la nueva información disponible (Hoy!, no cuando comenzó el proyecto) , se planifica otro grupo de tareas, es decir, otra iteración, y de esta manera, realizando pequeños avances y reajustando las acciones para alcanzar el objetivo, nos movemos hasta alcanzar el mismo. Un concepto clave en la metodología ágil es retrasar la decisión hasta el último momento, para tomarla con los datos mas frescos posibles. Conviene no confundir esto con la procastinación. Simplemente, en un ambiente cambiante, no tiene sentido tomar decisiones hoy, para ejecutarlas dentro de un año. Es mejor esperar hasta el momento anterior a que tengan que ser lanzadas y entonces con la información actualizada, decidir que acciones son las mas adecuadas. Otro concepto que a mi entender es confuso, es pensar, que gestión ágil es igual a implementar Kanban o Scrum. Está claro que ambas son metodologías ágiles, pero desde mi punto de vista no son un requisito. Es por eso que la imagen que propongo se escapa deliberadamente de la típica infografía de Scrum.  La clave a nivel estratégico, es el concepto, y digo a nivel estratégico por que adoptar la visión ágil, es en si mismo pura estrategia. En nuestro caso tenemos implementado Kanban en todos los procesos, por los que por coherencia, lo tenemos con Kanban, pero repito que no es un requisito. Quizás mas adelante me anime a hacer otro post, sobre como se podría implementar el plan estratégico en Kanban o en scrum (para empresas que no les aplique Kanban o Scrum a nivel de producción) de una forma sencilla. Lógicamente no hace falta que los proyectos transcurran en escenarios tan extremos como un país en conflicto, como, para tener que recurrir a la gestión ágil. Este enfoque está muy presente en el mundo de la informática y en las startups , sin embargo creo que es una metodología de gran utilidad para cualquier tipo de empresa, independientemente de su tamaño o modelo de negocio. Sin embargo claro está, no todas las empresas tienen un modelo de negocio orientado a proyectos y menos aun que su ejecución implique una gran incertidumbre . Pero me atrevería a decir que como mínimo, todas las empresas tenemos una necesidad compartida, que es la planificación y ejecución de un plan estratégico, que habitualmente se planifica para cuatro años. ¿Alguien se atreve a decir como estarán nuestros mercados, nuestros proveedores o incluso nosotros mismos dentro de 3 años? ¿y dentro de 2?. Aceptémoslo, vivimos en un mundo cambiante que viaja a toda velocidad, influenciado por eventos internacionales completamente fuera de nuestro control: Un cambio de presidente en un país, puede provocar un cambio en la política arancelaria, que a su vez deje fuera de ese  mercado a uno de nuestros principales clientes y de rebote nos provoque una caída en las ventas del 25% (por decir algo). Si, lo se. Este ejemplo es redondo pero estoy de acuerdo en que es un poco improbable. La realidad es bastante mas prosaica y estoy seguro que en este momento se os están ocurriendo los casos que si os aplican a vosotros y por supuesto, cada empresa tendrá los suyos. Es por esta razón que me parece mas adecuado abordar el plan estratégico, desde un enfoque ágil, es decir, definir los objetivos para los 4 años siguientes, definir la estrategia para alcanzarlos, definir las acciones para la primera iteración, que pueden ser de 3 meses ,6 meses o un año, definir los indicadores que nos mostrarán el avance y ejecutarlo. Transcurrida la primera iteración, volver a revisar la estrategia a la luz de la nueva información disponible. No se trata de volver a realizar un análisis de la situación de la empresa en profundidad, que es lo que hacemos para tener una base sobre la que definir el plan estratégico, sino mas bien contrastar, si las circunstancias de nuestro mercado, de nuestros clientes, de nuestros proveedores y las nuestras mismas, siguen siendo coherentes con el análisis realizado al inicio , y si por lo tanto podemos seguir con la misma estrategia o necesitados realizar cambios para adaptarnos a las nuevas circunstancias. Hecho esto, definiremos las acciones para corregir las desviaciones y definir las acciones para la siguiente iteración y volverla a ejecutar, y así sucesivamente. Este planteamiento, nos permite enfocar el plan estratégico, no como un proyecto a X tiempo, sino mas bien como un Proceso Estratégico, que está continuamente reajustándose y redefiniéndose. Adaptándose en definitiva, al devenir del futuro, que sin duda es, cuando menos incierto.

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